Una de las joyas que tenemos en el valle de Soba, y que no deberíais perderos, es el museo etnográfico/bar de Joaquín, en Santayana.
Durante nuestra última visita, Joaquín nos contaba que es un amante de la lectura y que comenzó su andadura guardando y coleccionando libros, después todo tipo de aperos de labranza, útiles de cocina, muebles... hasta convertirlo en el museo que es hoy día.
¡¡Imprescindible probar el vino blanco que sirve!!
Joaquín nos acompaña en la visita, cuenta la historia de cada objeto que allí se puede ver, explica su uso y de dónde y cómo lo trajo hasta este rincón de Soba. Se lamenta, y con razón, de no tener más espacio para poder exponer todo en condiciones, porque debajo de cada pieza se esconde otra.
Según vamos terminado el vino, comienza a contarnos historias del valle, de los que emigraron a México, de cómo se vivía cuando él era joven o cómo su hermano maestro pasaba la lección en el bar.
Pero el momento que más suelen recordar los visitantes, es cuando la gramola se pone en funcionamiento y empiezan a sonar los discos de piedra (sí, sí, habéis leído bien, de piedra!) o incluso la primera gramola Edison, que en vez de discos usa unos cilindros.
Una visita obligada a todo aquel que se acerque al valle. Joaquín siempre nos recibirá con ganas de enseñar su museo y, a cambio, sólo pide la voluntad (y que no se toquen las cosa para no romperlas!)
Desde la Casona queremos agradecerle a él y su familia su amabilidad y la pasión que pone en el trabajo que realiza por mantener la historia.